Ora, sí, ora, sí, por fin subiré el esperadísimo y codiciado disco de John Zorn, el cual más bien solamente yo esperaba subir porque a mis lectores del blog les da igual lo que suba o no suba, además de que ni leen puesto que ni siquiera existe la gente que lee mi blog... Así creo que me iré a llorar cuando termine de escribir el post.
John Zorn es un saxofonista y compositor neoyorquino que ha experimentado con una cantidad inmensa de géneros y estilos musicales, desde la música Clásica hasta el Hardcore, pasando por la música para filmes, para caricaturas, de cámara, sonidos electrónicos, el Klezmer, el Jazz, el Rock, el Surf, el Noise y cuanta cosa haya escuchado y decidido adoptar. Considerado por él mismo como un artista Avant-garde y de música experimental, cuenta ya con más de cien discos en su repertorio, tanto en su faceta de intérprete como de compositor, algunos en solitario, otros con diversas agrupaciones que ha formado y otros interpretados por distintos músicos. Ya antes he publicado algo de él en su faceta Grindcore/Free Jazz con una de sus bandas emblemáticas llamada Naked City, así como de uno de sus trabajos más recientes con su radical reinterpretación de la música judía a cargo de The Dreamers.
Pero hoy ni nos pondremos semitas ni nos pondremos hardcore y más bien nos pondremos melosos pues The Gift es un álbum que pertenece a su Music Romance Series. Es en esencia un álbum de Exotica, ese antiguo género popularizado por Martin Denny, Les Baxter y Esquivel durante los años 50's y 60's. Sin embargo, Zorn no lo deja ahí y saca a relucir su ecléctico ingenio para incluir pasajes de Surf-rock psicodélico a cargo de la guitarra de Marc Riboot, así como una sensual balada interpretada por el trompetista Dave Douglas, guiños a la música oriental con Jamie Saft en el piano/organo y Cyro Baptista en las percusiones, e incluso un tema que busca reflejar los sonidos del Más allá con Mike Patton en las voces. Un disco lleno de arreglos deliciosos, relajantes y cálidos que son todo un viaje auditivo, mostrándonos uno de los más altos logros musicales del gran John Zorn. Un regalo, como el título lo dice, un disco imperdible.
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